jueves, 10 de abril de 2008

Daniel Antokoletz ¡PRESENTE!

ANTOKOLETZ Daniel Víctor

Daniel Antokoletz era un eminente abogado, doctor en derecho internacional público y profesor universitario. Fue profesor asociado de Sociología, de Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de Buenos Aires y de Derecho Internacional Público en la UBA y Belgrano. Su carrera incluyó puestos como el ayudante de varias cátedras, Jefe de Estudios e Investigación del Instituto de Derecho Público en la Universidad de Belgrano y de profesor asociado en esa misma facultad. Fue Jefe de Estudios en la Universidad Católica de Mar del Plata y trabajó también en forma privada. Su trabajo particular y su compromiso con el estado de derecho, lo llevaron a representar presos políticos, tanto en Argentina como en Chile, aún luego de los respectivos golpes cívico-militares. Elaboró un informe exhaustivo que presentó al Tercer Congreso de la Asociación Argentina de Derecho Internacional sobre el aumento de violaciones al derecho al asilo. Denunció repetidamente las malas condiciones en las cárceles, particularmente después de visitar a sus defendidos en el Penal de Rawson, y las violaciones a los derechos humanos en Argentina.El 10 de noviembre de 1976 seis hombres armados irrumpieron en su casa en el nombre de las Fuerzas Armadas Unidas, y lo secuestraron a él y a su esposa: Liliana Andrés (quien apareció diez días más tarde) Daniel fue visto en la ESMA. Hay datos de que fue "trasladado".

Sólo un comentario para dejar testimonio de lo que le ocurre a la familia (no militante) cuando desaparece un militante. La primera reacción es un estupor que, de a poco, cede paso al dolor. la familia empieza a conocer que el desaparecido tenía un proyecto, y además que trabajaba con otros para ese proyecto; y la familia va adoptando ese u otro proyecto, se va reciclando, empieza a entender qué sentido tenía la vida para el desaparecido, y qué sentido tiene para ella misma. Así, aunque los genocidas quisieron fundar una nueva cultura, en eso han fracasado. Triunfaron en lo militar, pero fracasaron en lo cultural, que es fundamental. Este acto es un ejemplo de eso, este acto es una victoria…María Adela Antokoletz.

No voy a hablar sobre sueños, sino sobre hechos concretos: del paso de Daniel por la Universidad Católica de La Plata. Universidad gratuita hasta su nacionalización. En mayo de 1973 Daniel nos acompañó cuando habíamos tomado la Facultad. En seguida se unió a su plantel docente, primero ad honorem, después obtuvo un nombramiento e implementó cambios profundos en los planes de estudio. Tres secretarios académicos de esa Facultad permanecen desaparecidos. .Uno de los cómplices es el Colegio de Graduados, cuyo presidente denunció que al inundar de abogados a la ciudad, la universidad gratuita priva de trabajo a la corporación jurídica… José Casales.

Liliana Andrés (esposa de Daniel) confiesa: No puedo ser objetiva en estos momentos, ya que fui la mujer de Daniel Antokoletz. No conocí a Tanco, aunque seguramente nos habremos cruzado muchas veces aquí en la entrada o en el ascensor. Siempre les hablé de Daniel a mis hijos, fruto de un segundo matrimonio contraído en el exilio y aquí están, acompañándome, dos de mis hijas. Por mi secuestro junto a Daniel en la ESMA, tengo el extraño honor de haber sido una de las últimas personas que vieron a Daniel, torturado. Viví junto a él las terribles experiencias que comentó detalladamente el Dr. Jorge Casales sobre su actuación en la Universidad Católica de Mar del Plata. También compartí, como él, la docencia, yo como ayudante no graduada, en la UBA: la cátedra del inolvidable Juan Carlos Puig, de lo cual habló uno de los compañeros que me precedieron, Eduardo Tavani. Yo era como una especie de secretaria de Daniel: iba a tribunales, actuaba en los expedientes, en los trabajos sobre DDHH y en los encuentros con los familiares de los compañeros presos. Ya había terminado mi carrera de Derecho, pero aún no tenía firma. Tal vez por eso yo "zafé" y él continúa desaparecido. Pero debo dejar en claro que él era el motor, el cerebro y el que se jugaba por los demás. Daniel fue la persona más solidaria y brillante que conocí. Tenía grandes virtudes y también defectos, como todos nosotros. Quiero aclarar que en ningún momento fuimos inocentes, sabíamos que esto nos podía suceder, estábamos muy enterados y, sin embargo, él seguía jugándose y exponiéndose cada vez más.

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